Como complemento a la serie de Gigantes, les quiero compartir la leyenda de Oriente de » Putaná la demonio Gigante» que trató de matar al dios bebé Krisná.
CONTEXTO
Se dice pūtanā, en el sistema AITS (alfabeto internacional para la transliteración del sánscrito).
Según el hinduismo, Krisna es uno de los numerosos avatares (‘encarnaciones’) del dios Visnú. En cambio según el krishnaísmo, Krisna es la forma principal de Dios, de quien emanan Visnú y los demás dioses (como Shiva y Brahma).
El mismo Krisna declara: «Siempre que la rectitud decae y aumenta la injusticia, yo me manifiesto; y para la protección de los virtuosos, la destrucción de los viciosos y el restablecimiento de la rectitud, yo encarno de era en era» (Bhagavad-gītā, capítulo IV, versos 7-8).
Es uno de los dioses más importantes y adorados de la India.
Leyenda de Putaná
Putaná fue contratada por el malvado rey Kamsa para matar al sobrino de este, Krisná, que era un bebé de pocos meses. La gigantesca demonia adoptó la forma humana para hacerse pasar por una nodriza y envenenar al bebé dios. Para ello untó veneno en sus pechos. Pero cuando Krisná succionó de su teta, no solo tomó la leche materna y el veneno, sino también el alma de la demonia.
Ella retomó su forma original gigantesca y cayó al suelo pataleando y gritando. Su cuerpo era tan grande que aplastó uno de los bosques de Vrindavan (el pastoril pueblo de Krisná) y cremarlo llevó varios días.
Según Rupá Gosuami (uno de los Seis Gosuamis de Vrindavan, del siglo XVI, gurús de la religión krisnaísta bengalí), debido a que Krisná aceptó la leche de su pecho, Putaná ―que debería haber reencarnado en algún infierno para expiar sus pecados― no solo no reencarnó, sino que alcanzó el mundo espiritual, en el planeta más íntimo de Dios: Goloka Vrindavan, con el estatus de nodriza eterna de Krisná.
Notas: La primera mención aparece en el Majábharata (texto épico-religioso del siglo III a. C. aproximadamente). La segunda mención se encuentra en el Jari-vamsa (escrito pocos siglos después).